
Parece ser que tras los Reyes Magos hacemos un huequito en nuestro armario para dar cabida a nuestros merecidos regalos, y lo que sobra lo metemos en una gran bolsa de Ikea y para la parroquia, Cáritas o al contenedor de la esquina.
Que opulenta sociedad en la que vivimos ¿¿¿ehhh????