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9/17/2006

Mi vida y la radio

Pasó el Walkman, el Discman, ahora le toca el turno al "mp3" todos magníficos aparatos portátiles cada cual mejor que el anterior. Nos permitieron oir las viejas TDK con antiguos éxitos grabados de algún LP del más oscuro de los vinilos. Nos deleitamos escuchando el fantástico sonido del plateado CD. Nos maravillamos por la impresionante fonoteca de ceros y unos en la palma de nuestra mano. Sin lugar a dudas estos aparatos nos marcaron para siempre pero nada nunca le hará sombra a un barato y pequeño receptor de radio, si esos de am/fm sin más.

Desde el amanecer las ondas se introducen en mis oidos, algún contertulio de RNE se ducha conmigo a eso de las 7 de la mañana, Francino unas veces, Andrés Chavez otras y Losantos las menos, me acompañan caminando al trabajo de lunes a viernes. En mi periplo matutino en guagua a mi lado pasando calor se sientan Pepe Moreno, Raul García y otras veces Willy García.
Entre papeles, ratones, teclados y teléfonos se cuela alguna alegre melodía hasta que dan las dos y media. Boletines horarios, Gemma Nierga, Olga Viza, para pasar la tarde. Carlos Llamas, José Ramón de la Morena, J.J. Santos, Juan Antonio Cebrián a menudo comparten mi almohada hasta que por alguna extraña razón el cable del auricular se ata a mi tobillo izquierdo y la radio da paso al más profundo y vertiginoso programa mental que jamás ningún locutor radiofónico se atrevió a soñar.